domingo, 7 de junio de 2009

Los Minstrels Shows


Los Virginia Minstrels, primer espectáculo de minstrels organizado por blancos (1843)


Los minstrel shows fueron la forma de entretenimiento más popular en EE. UU. durante más de setenta años: de 1830-1900, aunque de forma amateur se siguieron representando hasta 1960 en teatros locales, institutos o en fraternidades universitarias. Se trataba de espectáculos de carácter abiertamente racista en donde blancos pintados de negros (después de la Guerra de Secesión también a la inversa) interpretaban cánticos negros de las plantaciones mientras desarrollaban un humor de tipo slapstick. Era un espectáculo de variedades desarrollado en tres actos donde se representaban estereotipos de la sociedad americana como el negro vago, supersticioso, ignorante, musical y bufón o el dandy blanco.

La música y el baile constituyeron el aspecto más importante y el que dio más popularidad a los minstrel shows. Las partituras de las canciones interpretadas eran editadas con el fin de que la gente pudiera tocarlas en sus casas, lo que denota su gran popularidad. Las influencias de la música de los minstrels hay que buscarlas en la música negra pero también en la música de la emigración europea como puede ser la tradición escocesa o irlandesa. De hecho, para musicólogos como Dale Cockrell la introducción de la música negra se llevó a cabo de forma paulatina con el contacto que fueron teniendo los artistas de los minstrel shows con los ambientes populares.

Los minstrel shows pueden ser vistos como un gran cajón de sastre en donde aparecen distintos elementos que proceden cada uno de una tradición distinta pero que, al fin y al cabo, reflejan las interacciones reales de los distintos subgrupos de la sociedad americana. Los textos que se interpretaban en estos espectáculos contenían un humor característico de la zona sureña de los Apalaches que hacía referencia a los estereotipos sociales ya señalados. Los instrumentos también reflejaban esa mezcla: usaban el banjo africano al mismo tiempo que instrumentos de cuerda europeos (como violines) y huesos preparados.

Sobre el baile debemos señalar la extraordinaria importancia del ritmo sincopado del cakewalk. Este baile, que tenía lugar mientras se interpretaban piezas de ragtime (una de las raíces inmediatas de la música de jazz junto al blues), tuvo gran popularidad a finales del siglo XIX y llegó a influir a compositores de “música seria” como ya veremos en el caso de Debussy. Se suele decir que en origen el cakewalk era bailado en concursos organizados por los propios esclavos en los que el premio al mejor bailarín podía ser una tarta.

Cakewalks grabados en 1903:


Los Georgia Minstrels en una fotografía de 1899

Las primeras compañías de minstrels formadas por afroamericanos las encontramos en Georgia en el año 1865, año del fin de la Guerra de Secesión y de la promulgación de la decimotercera enmienda, que abolía la esclavitud en todo el territorio de EE. UU.. Estas compañías representaban la música espiritual negra de una manera más fiel que en las compañías formadas por blancos, quienes hacían interpolaciones humorísticas o llevaban a cabo recreaciones imaginativas de los cantos de plantación.

Con la introducción del repertorio de espirituales negros se subraya la herencia afroamericana de estos espectáculos. Estas canciones estaban estructuradas en el estilo call and response, que será una de las bases de la música jazz pero también del blues, que era coetáneo de los espectáculos de minstrels y muchas veces visto como la versión profana de la música de las congregaciones baptistas.


La visión que dieron estos espectáculos del hombre negro sin duda pervive hoy en día. Pero también es verdad que los nuevos artistas afroamericanos responden a esta situación de manera crítica. Como un pequeño ejemplo podemos escuchar el disco de rap The Minstrel Show (2005), del grupo americano sureño Little Brother:


Spike Lee en su película del año 2000 “Bamboozled” se explaya sobre los modernos minstrels que la televisión y el cine americano no cesan de ofrecer demostrando lo hondo que ha calado esta forma de entretenimiento en la sociedad del espectáculo. Hace mucho que vi la película pero creo recordar que la banda sonora sobresalía precisamente por la ausencia del sonido jazz o del rap negro más estereotipado decantándose por violines y pianos más clásicos:


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy currao.